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LA ARQUITECTURA MODERNA COMO PROPUESTA UNIVERSAL 01-06-1994. Revisado el 17-05-2016)

En la tercera década del siglo XX el gran moderno de la arquitectura Le Corbusier afirmaba.

"En todos los dominios de la industria se han planteado problemas nuevos, y se han creado las herramientas capaces de resolverlos. Si se coloca este hecho frente al pasado,
hay una revolución.
                       
En la edificación se ha comenzado la fabricación en serie; se han creado, de acuerdo a las nuevas necesida­des económicas, los elementos de detalle y los elementos de conjunto...
                       
Si uno se enfrenta con el pasado, hay una revolución en los métodos y en la amplitud de las empresas...
                       
Se ve que los 'estilos' ya no existen para nosotros, que se ha elaborado un estilo de época..." 
(Le Corbusier, 1964: 227).

Para los arquitectos modernos, lo universal era un tiempo nuevo. Uno que eliminaría las diferencias geográficas y culturales. La arquitectura moderna estaba destinada a ser sembrada por todo el planeta.

Estas ideas -tan contundentes en un momento- han sido revisadas o al menos repensadas posteriormente. Es difícil establecer en que momento la modernidad dejó de ser -como empresa ideológica- un hecho universal y unilate­ral.

En el campo estricto de la producción arquitectónica, los años de la segunda postguerra mundial marcan una especie de filtro, una reconducción o am­pliación de las ideas y realizaciones vinculadas al espíritu moderno.

Pero si regresamos a la anterior cita y al espíritu duro de la modernidad de las primeras décadas del siglo XX parece ser evidente que estamos ante el hecho de un nuevo y radical intento de universalidad. Una universalidad que se pre­tende física, real, concreta y extensible a todo el planeta.

En el campo de la actuación y definición de la arquitec­tura; esta parece reorientarse abandonando todo énfasis estilístico y toda preocupación por la obra como objeto único y final para centrarse en el proceso de construcción-producción y en el diseño ya no de un objeto sino de los procedimientos que generan ese objeto. Arquitec­tos tales como Walter Gropius, Alexander Klein o Hannes Meyer son claros ejemplos de esta concep­ción de la arquitectura.
           
La idea de un mundo y de unas técnicas, más que nuevas inéditas, y por lo tanto revolucionarias conduce a lo que Le Corbusier llama el estilo de la época; punto de absoluta ruptura con el pasado y dotado de la suficiente fuerza y fe como para abarcar la totalidad del mundo: las metrópolis, la región del trópico suramericano y los lugares más lejanos. (1)

Desde su óptica, Le Corbusier realiza la propuesta de los cinco puntos de la arquitectura;  tan contunden­tes, actualizados y adecuados a los nuevos tiempos (a los que imagina Le Corbusier) que se vuelven una especie de postulado del ya men­cionado estilo de época.

Por otro lado, historiadores como Sigfried Giedion rea­lizan su propuesta globalizante desde los postu­lados de la nueva técnica y el espíritu de los tiempos, o bien como en el caso de Leonardo Benevolo, quien igualando (y por lo tanto universalizando) la arqui­tectura reaccionaria al capitalismo y la arquitectura moderna al nuevo ideal mundial -el del socialismo- genera una expectativa de proyecto univer­sal.

En los textos de Benevolo que se refieren a la arquitec­tura moderna y a los problemas de la ciudad (2) se considera que los nuevos problemas políticos y sociales vinculados a la ciudad capitalista e indus­trial van a tener un único remedio en la producción masificada e industrializada de viviendas. Pero ¿Que es esa ciudad industrial? ¿Se puede apelar a esta categoría con la suficiente precisión como para abarcar el universo todo de las ciudades en su conjunto?

El tiempo y los nuevos enfoques morfológicos de análisis de la ciudad parecen contrade­cir este intento de la ideología moderna de universali­zar y simplificar los problemas y situaciones.

Después del auge del discurso moderno han aparecido otras lecturas. Han contribuido -casi todas- cual moneda de dos caras. Por un lado han sido formas de freno al plan universal de la arquitectura moderna. Por otra parte, han contribuido a valorar matices y propuestas más modestas y localizadas.

Categorías de la segunda mitad del siglo XX, tales como la de Regionalismo Crítico de Kenneth Frampton o la de Genius Loci o espíritu del lugar de Christian Norberg-Schulz), así como los célebres best sellers de Aldo Rossi y Robert Venturi fueron en su momento contribuciones en términos de debilitamiento o reformulación de la idea de un mundo y una arquitectura moder­namente universal.

En la modernidad hay también una cara que a veces se oculta. El pensamiento moderno se apoya en la ciencia pero también se apoya en la crítica. Con lo primero nos hemos entusiasmado (y el último de los entusiasmos deriva del auxilio del ordenador). Y allí muchas veces, descubrimos la rápida obsolescencia.

Pero perdura también la crítica. Y debe perdurar.

En arquitectos como Rafael Moneo, Rogelio Salmona o Peter Zumthor no encontramos encendidos discursos, pero sí modestas y muchas veces sabias lecciones tanto en la teoría como en la práctica.

Quizás no se autoproclaman modernos, pero hacen parte de esa tradición, hoy más viva y necesaria que nunca.

 Walter Gropius. Construcción baja, media o alta. Ponencia de Gropius en el CIAM de 1929-30 acerca de los métodos de cosntrucción racional. 


Peter Zumthor. Termas de Vals (1993-96). 




Notas

(1) Este es sobretodo el Le Corbusier de sus inicios. A lo largo de su carrera supo apartarse de los dogmas y supo reformular sus ideas. En lo que se sostuvo fue en su fe en la arquitectura, en la calidad de sus realizaciones y en su carácter incómodo.

(2) Nos referimos a la Historia de la Arquitectura Moderna y a los Orígenes del Urbanismo Moderno, ambos escritos a inicios de la década de los '60.

 Bibliografía

BENEVOLO, Leonardo (1979). Historia de la arquitectura moderna. Barcelona, Gili.
BENEVOLO, Leonardo (1964). Le origini dell' urbanistica moderna. Bari, Laterza.
LE CORBUSIER (1964). Hacia una Arquitectura, Buenos Aires, Poseidón.
NORBERG-SCHULZ, Christian (1986). Genius Loci. Milan, Electa.


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