Esta se refiere a Platón y a Aristóteles, filósofos que para García Bacca andan por el manantial de la filosofía, cual curso de agua todavía libre y sin el final que ya tiene determinado el río. Las palabras que reproduciré se extraen de una conversación entre varios intelectuales. En un determinado el profesor Giulio Pagallo le pregunta a García Bacca:
Profesor García Bacca: si usted tuviera que pintar otra vez la escuela de Atenas que pintó Rafael, estaría de acuerdo en pintar a Platón con el dedo hacia el cielo, y a Aristóteles con el dedo hacia la tierra, ¿o no?
GB: Por reverencia al buen cuadro que es, si. Por estética, si.
GP: Pero el dedo de Platón hacia el cielo, ¿es el dedo del compromiso o de la fuga del mundo?
GB: Yo creo que es el del compromiso en firme. Y también Aristóteles se comprometió en firme con la tierra, en su tiempo.
Platón, a la izquierda, y Aristóteles a la derecha. Cada uno lleva una obra propia en mano; el Timeo y la Ética a Nicomaco respectivamente. Tal como señala el profesor Pagallo el índice de Platón apunta hacia arriba. En cambio Aristóteles tiene su mano derecha erguida hacia adelante y abierta, englobando esa tierra que yace bajo sus pies.
Fascinante resulta el respeto y admiración que García Bacca expresa hacia ambos. De Platón destaca lo firme de un compromiso de elevación, mientras que de Aristóteles destaca su conexión con su espacio y con su tiempo.
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