Es la tercera vez que leo Nadie acabará con los libros, fascinante diálogo entre Jean Claude Carriere y Umberto Eco. Carriere comenta un breve film de Michelangelo Antonioni. Es una obra del año 2000. Para ese entonces Antonioni contaba con 92 años. Esto es lo que nos dice Carriere:
Para mi generación, el mejor cine del mundo, durante veinticinco o treinta años, fue el cine italiano. Eseprabamos cada mes la salida de dos o tres películas italianas que no queriamos perdernos por nada en el mundo. Formaban parte de nuestra vida...
¿Que queda, pues, de esos treinta años que nos hicieron reir y nos emocionaron? Fellini sigue hechizándome siempre. Antonioni me parece que todavía goza de gran aprecio ¿Ha visto usted (le pregunta a Eco) "Lo sguardo di Michelangelo", su último cortometraje? Es una de las mejores películas del mundo. Antonioni rodó en 2000 esta película que no dura más de quince minutos, sin una palabra, donde se pone en escena él mismo, la única vez en su vida. Se le ve entrar en la iglesia de San Pietro in Vincoli en Roma, él solo,. Se acerca lentamente a la tumba de Julio II y toda la película es una diálogo, sin profesoir una sola palabra, un ir y venir de miradas entre Antonioni y el Moisés de Miguel Ángel...
El frenesí de aparecer en público y de hablar que caracteriza nuestra época, esa agitación sin objeto, aquí la pone en discusión el silencio mismo y la mirada del cinesta.
(Umberto Eco y Jean Claude Carriere. 2010. Nadie acabará con los libros. Bogotá, Random House Mondadori S. A., pp. 92-93)
Para mi generación, el mejor cine del mundo, durante veinticinco o treinta años, fue el cine italiano. Eseprabamos cada mes la salida de dos o tres películas italianas que no queriamos perdernos por nada en el mundo. Formaban parte de nuestra vida...
¿Que queda, pues, de esos treinta años que nos hicieron reir y nos emocionaron? Fellini sigue hechizándome siempre. Antonioni me parece que todavía goza de gran aprecio ¿Ha visto usted (le pregunta a Eco) "Lo sguardo di Michelangelo", su último cortometraje? Es una de las mejores películas del mundo. Antonioni rodó en 2000 esta película que no dura más de quince minutos, sin una palabra, donde se pone en escena él mismo, la única vez en su vida. Se le ve entrar en la iglesia de San Pietro in Vincoli en Roma, él solo,. Se acerca lentamente a la tumba de Julio II y toda la película es una diálogo, sin profesoir una sola palabra, un ir y venir de miradas entre Antonioni y el Moisés de Miguel Ángel...
El frenesí de aparecer en público y de hablar que caracteriza nuestra época, esa agitación sin objeto, aquí la pone en discusión el silencio mismo y la mirada del cinesta.
(Umberto Eco y Jean Claude Carriere. 2010. Nadie acabará con los libros. Bogotá, Random House Mondadori S. A., pp. 92-93)
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