Esperaba. Esperaba con ansia alguna seña, un contacto. En un momento, mientras ya se acercaba al carro con el billete para la propina, sonó el tono de advertencia de mensaje de voz. Se entusiasmó. Se dijo que lo leería en el carro, pensando que a esa hora había bastante gente y no tenía porque andar con premuras y precauciones. Se le extravío el dispositivo, pensaba que lo tenía en el bolsillo. Cuando miró al asiento de al lado, aquel que últimamente permanecía siempre desocupado, lo vio. Abrió el menú de mensajes. No era de ella. Era del banco, de la compra reciente. Junto al desencanto sintió también una brisa fresca que entraba por el vidrio abierto. Y recordó Margarita en enero y aquellas magnificas playas y cerros. Esa luz prístina. Se entretuvo en jornadas de sexo en carnaval. Luego su memoria avanzó a marzo, cuando titubeaba en su nuevo destino laboral. Y llegó el día de...
Abrí este blog en mayo de 2015. Lo dedico a la arquitectura y a la docencia. Pero también al cine, fotografía, literatura y música. Comparto aquí mis búsquedas intelectuales, lo que me inquieta y entusiasma.