La discusión acerca del carácter científico o artístico es un problema esencial de la arquitectura moderna. Para algunos, esta arquitectura es una bandera ideológica o estilística. Temporalmente, la reducen a la primera mitad del siglo XX. Este es una lectura limitada de la arquitectura moderna.
En cambio, la arquitectura moderna corresponde a un marco histórico y teórico amplio, que se comienza a dibujar en el siglo XVIII y se prolonga hasta el presente.
Es una forma de hacer arquitectura enraizada en la historia y, por lo tanto, en sus aspectos esenciales no se puede sustraer de ese contenido histórico. No es un estilo sobre el que podemos decidir seguirlo o no.
Entre otros, dos autores –Leonardo Benevolo y Enrico Tedeschi- aportan observaciones importantes sobre la arquitectura moderna. El primero destaca dos formas de trabajo disociadas y estériles: la eficiencia técnica y económica impulsadas por la ingeniería y la tendencia hacia el formalismo fortuito de algunos arquitectos que se encierran en su actuar artístico. Si estas dos formas de trabajo pretenden englobar y capturar la arquitectura hacia sus parcelas el resultado es pobre, desde todo punto de vista. Por otra parte, Tedeschi alerta sobre la asociación interesada entre belleza y arte con el lujo. Ante las presiones económicas casi siempre presentes en el proyecto, algunos arquitectos optan por negar los valores de la forma. Pero allí están.
Después del auge cientificista de la primera mitad del siglo XX, nos encontramos con que Aldo Rossi habla abiertamente de arte. Define una responsabilidad del arquitecto: proyectar. Este planteamiento abre una puerta que había permanecido cerrada durante buena parte del siglo XX; si bien algunas figuras como Le Corbusier, Aalto o Villanueva no se dejaron atrapar por el afán científico. George Simmel (a veces filósofo de la sociedad, a veces filósofo ocupado en la estética) nos muestra una salida conveniente; la de atender científicamente los temas científicos y artísticamente los aspectos artísticos. Justicia y honor para ambos campos humanos. Que verdad tan simple, pero que difícil que algunos la pongan en práctica.
Si pensamos en la ciudad y la arquitectura, tanto Simmel como Rossi nos ayudan a entender que la ciudad tiene elementos generales y tipológicos y elementos únicos y artísticos. Cada uno de ellos tiene su lugar. De nuevo, que simple verdad.
Los arquitectos modernos de la primera mitad del siglo XX se fijaron más en los primeros. Sin embargo, a la distancia, no podemos dejar de apreciar las variadas exploraciones que han enriquecido el lenguaje de la arquitectura. Por otra parte, la reducción cientificista ha sido constante en la arquitectura moderna. El científico John Desmond Bernal destaca que la arquitectura, históricamente, ha sido una actividad que ha expresado importantes logros técnicos y científicos.
Aquí, conviene señalar una distinción; aquella que existe entre la participación y la decisión. Como bien señala Gregorio Gregotti, la ciencia cada vez participa más en el proyecto arquitectónico. Sin embargo, estas contribuciones no son suficientes para determinar la forma final resultante. La ciencia participa, pero la decisión se toma mediante otras vías.
Para Bernal, esa decisión final no puede dejarse en manos del arquitecto, ese “genio individual”. Hay que llamar al científico: aquel que “pondera y comprueba”. Aquí, ha dado un paso más allá, y con su propuesta pretende anular la tradición de la arquitectura.
Esta es la hipótesis que propongo. El día de hoy, el arquitecto todavía define su proyecto como lo ha hecho a lo largo de buena parte de la historia: en forma práctica, con el aporte de unos conocimientos teóricos (los científicos ya citados están aquí incluidos), de experiencias previas, de un bagaje cultural tradicional que se va sedimentando paulatinamente.
Queda un balance final.
La arquitectura moderna se ha debatido en el cisma entre arte y ciencia, pero también han existido importantes propuestas de cristalización, en donde el problema ha desaparecido y hemos disfrutado bellas y eficientes obras de arquitectura.
Referencias consultadas
-Benevolo, Leonardo. 1978. Historia de la arquitectura moderna. Barcelona, Gustavo Gili.
-Bernal, John D. 1958. La necesidad de la libertad, México DF, Universidad Autonómica de México-Dirección General de Publicaciones.
-Bernal, John D. 1961. “Arquitectura y ciencia”, en: Punto 4, UCV-FAU, noviembre 1961.
-Gregotti, Vittorio. 1972. El territorio de la arquitectura. Barcelona, Gustavo Gili.
-Rossi, Aldo. 1982. La arquitectura de la ciudad. Barcelona, Gustavo Gili.
-Simmel, Georg. 2007. Roma,Florencia, Venecia. Barcelona, Gedisa.
-Tedeschi, Enrico. 1969. Teorías de arquitectura. Buenos Aires, Nueva Visión.
Este texto es un extracto de las conclusiones de mi tesis doctoral: “Ciencia, arte y arquitectura en tiempos modernos”. Caracas, UCV-FAU. 2013.
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