El filósofo belga Henri Van Lier escribe en su magnífico libro Las artes del espacio:
El siglo XIX dio nacimiento a la crítica literaria: “Antes hubo críticos, pero no crítica”, ha dicho Thibaudet. El siglo XX, y sobre todo nuestros años, habrán suscitado una corporación de especialistas dedicados a aclarar el mensaje de las obras espaciales. Así, al mismo tiempo que se generalizaba el apetito por las artes del espacio, se desarrollaba uno de los instrumentos de su satisfacción. La necesidad crea el órgano.
Tanto y tan bien que ya no parece imposible una doctrina común. Querríamos definirla. Prevenimos un equívoco inherente a las obras de este género. El arte, como el amor, es sagrado. Introducir en él es iniciar en el recogimiento, en un silencio orientado, meditado, pero asimismo mudo. ¡Ay!, para conducir a él, es preciso acumular palabras y gestos, y afanarse en el santuario. Recuérdese el menos, durante tantos discursos, definiciones y subdistinciones, que a lo inefable se invita, se lo señala, pero no se lo expresa jamás.
Van Lier, Henri. 1959. Las artes del espacio. Buenos Aires, Librería Hachette s. a.
Luis Polito. Collage Ciudad Universitaria de Caracas. Estadio Olímpico.
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