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Recordando a Tomás José Sanabria y a William Niño

 Hacer arquitectura es difícil (para quien la hace) y así mismo importante (para la sociedad). Pensarla y difundirla son también tareas que ella nos pide. De esto trata este recuerdo, de dos arquitectos que con amor e inteligencia hicieron, pensaron y difundieron nuestra arquitectura. Conjugo en pasado porque ya no están con nosotros. Pero también podemos hablar en presente toda vez que obras, ideas y textos están aquí entre nosotros, por méritos de los dos.

Este blog suele ser diverso y responde libremente a humores y a impulsos. Pero hay algunas líneas que se repitan. Ya aquí he recordado a dos importantes maestros. He aquí los títulos:

-Recordando a Jesús Tenreiro. 9 de abril de 2017

http://luispolitoarquitecto.blogspot.com/2017/04/recordando-jesus-tenreiro.html

Recordando a Carlos Raúl Villanueva. 30 de mayo de 2017

https://luispolitoarquitecto.blogspot.com/search?q=recordando+a+villanueva

Hoy quiero recordar a Tomás José Sanabria (1922-2008) y a William Niño Araque (1954-2010). El texto revelará porque están unidos en la memoria. 

 

                                                           -Willam Niño

 

                                                         -Tomás José Sanabria

-Interior del Edificio San Carlos. 1954. Arquitecto Tomás José Sanabria

-Interior del Hotel Humboldt. 1956. Arquitecto Tomás José Sanabria

A ambos los conocí, aunque nunca estuvimos muy cerca. Aparte de algunos encuentros casuales, fundamentalmente a William lo escuché varias veces hablas en público. Y ha leído algunos de sus textos. Una faceta muy importante de su legado son las exposiciones de arquitectura. Voy a mencionar solamente tres, y no es una casualidad que en ellas siempre aparece como tema la obra de Tomás José Sanabria. Afortunadamente, de las tres existen catálogos:

-Los signos habitables (Galería de Arte Nacional, Caracas, 1984). Tendencias de la arquitectura contemporánea. Tomás José Sanabria, José Miguel Galia, Fruto Vivas, Jorge Castillo, Jesús Tenreiro, Gorka Dorronsoro).

-Tomás José Sanabria arquitecto (Galería de Arte Nacional, Caracas, 1995).

-El espíritu moderno. 1950. (Fundación Corp Group. Centro Cultural, Caracas, 1997).

                                                            -El espíritu moderno. 1950.

 En los catálogos se pueden reconocer algunas ideas persistentes de Niño: la preocupación por las etiquetas estilísticas o de tendencias (Estilo Internacional, Brutalismo, Vernáculo, Escuela de Caracas). También reconocemos el intento por agrupar a los arquitectos modernos venezolanos en generaciones: primera, segunda, tercera… Lo anterior revela los aspectos más superficiales e irrelevantes de estos textos. En cambio, cabe destacarse de forma muy positiva la organización de los documentos y las excelentes fotos y maquetas de estas exposiciones y así mismo de los catálogos.

El empleo de categorías estilísticas es un permanente afán en muchos textos sobre nuestra arquitectura hasta el día de hoy. Creo es hora que reconozcamos que tales formas de discurso se agotaron en el siglo XIX. La arquitectura moderna en todo el mundo se orienta hacia otras metas, Una de ellas es el abandono de los valores de la arquitectura tradicional, sustituidos por ideas y razonamientos que buscan un anclaje en ese espíritu moderno.

Por otra parte, siempre me ha parecido forzoso el empleo de categorías de fenómenos vinculados a la historiografía de la arquitectura moderna y a fenómenos muy circunscritos a otras realidades y momentos. Tal es el caso del Estilo Internacional y del Brutalismo. Eso no significa ninguna forma de aislamiento. Para ratificar esto, creo basta referirnos a la figura de Carlos Raúl Villanueva, cuya arquitectura es de una gran calidad, pero ha sido siempre presentada en los textos de arquitectura moderna europeos, de Estados Unidos e incluso de Latinoamérica siempre de forma marginal y con muy poco conocimiento de su alcance.

La arquitectura moderna venezolana guarda relación con lo que ha sucedido en otras partes, pero todavía le debemos un estudio más profundo y propio. El empleo de etiquetas preexistentes no es la mejor forma de abordar esta tarea. Bajo este esquema un Villanueva, un Sanabria y tantos otros valiosos arquitectos quedan desdibujados. Si en cambio valoramos sus obras e ideas desde una historia y geografías muy particulares estoy seguro llegamos a valoraciones más equitativas.

Sin embargo, deben reconocerse también importantes méritos en el trabajo de William Niño. Abrió puertas y caminos para nuestra arquitectura. Fue capaz de llevarla a nuestros museos y salas de exposición, siempre con magníficas realizaciones. En los catálogos de las exposiciones de Sanabria y del Espíritu Moderno se nota por momentos válidos intentos por entender a nuestra arquitectura y a nuestros arquitectos en una profunda conexión con lo mejor que tiene nuestro país, en términos de una particular cultura histórica. 

El enlace entre Sanabria y Niño revela que la conexión entre obras, ideas y textos interpretativos es algo importante para nuestra arquitectura.

Hablemos ahora de Sanabria.

Tuve la suerte de invitarlo un curso en la FAU-UCV dedicado a los Premios Nacionales de arquitectura. Los invitaba de a dos o tres. Él estuvo junto con James Alcock el 01 de febrero de 2007. Algún tiempo después volvió, invitado esta vez por la profesora Ilana Beker, a un curso de historia de la arquitectura. Deben haber sido sus dos últimas apariciones públicas en nuestra facultad. En ambos casos, magníficas clases. 

 

                                                                    -Afiche de difusión de la clase del 01-02-2017.

Me voy a referir particularmente a una importante faceta de su figura. Es el perfecto complemento a su sólida trayectoria como arquitecto moderno. La trascendencia de Sanabria se expresa en la reciedumbre tectónica de sus edificios y se manifiesta también en lo que aquí voy a desarrollar. Además de tantos proyectos y magníficos edificios, destaca en Sanabria su acucioso pensamiento, uno que ha permitido una lectura profunda y así mismo sensata de la ciudad. Le debemos una acuciosa lectura de Caracas, novedosa y pertinente en el siglo XX y absolutamente vigente al día de hoy. 

 

-Sede Banco Central de Venezuela. Tomás José Sanabria y Eduardo José Sanabria. 1960-67.

 

-Sede Biblioteca Nacional. Foro Libertador. Tomás José Sanabria y Eduardo José Sanabria.  1980-1993.

La geografía y el clima de Caracas han sido temas de indagación permanente en Sanabria. Han sido el complemento reflexivo de lo que para él ha sido importante manifiesto crítico: la importancia de una arquitectura localizada. Sobre esto expondré algunas ideas.

Antes quiero poner en contexto lo ya dicho, en particular en lo que concierne al modo de ser y actuar del arquitecto moderno. Esto lo voy a hacer refiriéndome antes a dos figuras vinculadas a Sanabria: Walter Gropius (1883-1969) y Carlos Raúl Villanueva (1900-1974).

Walter Gropius es uno de los maestros e impulsores de la arquitectura moderna. Lo fue a través de sus obras a comienzos del siglo XX (Fábrica Fagus de 1911, Edificio para le exposición del Werkbund en Colonia de 1914, sede de la escuela Bauhaus de 1926). La segunda cara de la obra de Gropius (no desvinculada de su trabajo como proyectista) la conforma su labor como impulsor de los profundos cambios en la arquitectura y en el diseño de comienzos del siglo XX. Esto se nota en su trabajo vinculado al Deutscher Werkbund y en su activa participación en los Congresos Internacionales de Arquitectura Moderna (CIAM). A su llegada a Estados Unidos en 1937 comienza a dar clases en la Escuela de Diseño de Harvard. 


                                                         -Walter Gropius 

 

-Fábrica Fagus. Walter Gropius

 

                                                        -Carlos Raúl Villanueva

Para Gropius, la arquitectura moderna –desligada de toda búsqueda estilística- implica un componente educativo y civilizatorio. La arquitectura está impregnada de compromiso social y formativo. Así lo expresa:

Nuestra sociedad moderna tiene que dar pruebas de que puede trasformar su civilización en cultura” (Gropius, 1968: 42).

He extraído esta cita de Apolo en la democracia (Ídem). Según se lee en este magnífico conjunto de ensayos, Gropius entiende que la arquitectura moderna se mueve entre dos componentes: el desarrollo de “procesos humanos” que conducen a “nuevas formas de vida en una sociedad” y los “recursos técnicos de la época” (Gropius, 1968: 39) en manos del arquitecto proyectista. Para Gropius, el arquitecto está involucrado en ambos procesos. En lo que atañe a la primera esfera el papel del arquitecto es fundamentalmente educativo. En lo segundo, la participación es profesional y técnica. Y esto explica el título del libro: la misión de la arquitectura moderna es la de llevar belleza a nuestra sociedad. He aquí un gran ideal. 

                                                                -Walter Gropius. Apolo en la democracia

Para terminar con Gropius se puede afirmar que puso todo su empeño en lograr tan elevado fin. Su papel como docente y un texto como Apolo en la democracia son manifestación de ello.

Hablemos ahora de Villanueva, sin duda el máximo exponente de la modernidad en la arquitectura venezolana. Y lo es porque coincide con Gropius en cuanto entendió que su responsabilidad como arquitecto no era solamente la del proceso técnico del proyectar, sino también la de traducir en materia unos compromisos con la historia, con la capacidad técnica de un país como Venezuela, sin desatender dos impulsos complementarios: la proyección internacional en cuanto a técnicas y posibilidades de una nueva arquitectura y la sensibilidad a una cultura localizada.

A comienzos de la década de los 50 Villanueva se encuentra ocupado en varios de los importantes proyectos de la Ciudad Universitaria de Caracas. Pero su impulso creador no está concentrado únicamente allí. En 1952, se publica en la revista Shell su artículo “El sentido de nuestra arquitectura colonial” (Villanueva, 2020). 

                                                        -Villanueva. El sentido de nuestra arquitectura colonial

Este todavía hoy vigente y trascendental texto es una lectura crítica y analítica de la arquitectura venezolana del pasado. Allí Villanueva reconoce una sabiduría en cuanto a los elementos arquitectónicos que permiten un favorable aislamiento del sol, de la luz y de la lluvia. También reconoce una austeridad que valora favorablemente. Y su lectura concluye con un llamado a la aplicación de este conocimiento en la arquitectura del presente y del futuro.

Como sabemos, Villanueva lograba esto en buena medida en el conjunto universitario. Pero quiero destacar su profunda convicción en cuanto a su responsabilidad como educador reflexivo, además de su cabal desempeño como técnico profesional del proyecto.

Al igual que Gropius, Villanueva está convencido de que el trabajo del arquitecto moderno no estará completo hasta que abarque el mundo de las ideas y la responsabilidad educativa y ciudadana.

Para reforzar este propósito, Villanueva fue siempre participe como docente de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Central de Venezuela (FAU-UCV). Desde ese medio, aupó a Graziano Gasparini y a los estudios de la historia de la arquitectura venezolana. Esta visión de Villanueva es trascendente y pionera. Abrió un campo de estudio, el del estudio de nuestra historia. Y con esto, tanto su arquitectura como su figura se acrecientan en cuanto a su valor cultural. Tanto en la obra de Gropius como en la de Villanueva se puede reconocer esta anhelada meta, una de las más importantes de la arquitectura moderna.  

El preámbulo ha sido un tanto extenso para llegar finalmente a Tomás José Sanabria. Pero ha sido necesario para comprender mejor el alcance de su obra y pensamiento.

Sanabria estuvo en contacto con Gropius en ocasión de sus estudios de arquitectura en la Graduate school of design, Harvard University (Niño, 1995: 16). Allí no solo conoció a Gropius, sino también a Sigfried Giedion, Nikolaus Pevsner, Marcel Breuer y Richard Neutra, entre otros, según revela William Niño (Ídem).  

El compromiso de todos estos maestros con la arquitectura moderna es completo y ya hemos conocido como entendía esto Walter Gropius.

Por otra parte, la síntesis arquitectura moderna-arquitectura tradicional que Villanueva realizó en la Ciudad Universitaria de Caracas y que puso en palabras en el artículo antes citado seguramente también fue estímulo para el pensamiento de Sanabria. Como dato complementario y no menor, en el catálogo de la exposición sobre la obra de Sanabria realizada en la Galería de Arte Nacional en 1995, se muestran dos dibujos realizados por él cuando tenía una veintena de años. Son croquis de dos portales de fachadas de arquitectura venezolana tradicional.

Estos dibujos muestran algo que luego se volverá habitual en Sanabria; el croquis analítico. En los dibujos de su madurez aparecen también comentarios. Estos bocetos, junto con cuadernos de apuntes se vuelven cada vez más instrumentos de estudio de la arquitectura y de la geografía. Sanabria dibuja Caracas y sus alrededores y en sus viajes no pierde la ocasión de poner en papel imágenes y palabras. Con el tiempo, Sanabria se hizo de un medio ideal para esto: el avión. Según explica William Niño:

Además de arquitecto, Sanabria es un aviador. En sus cuadernos de viajes (cincuenta aproximadamente) la ciencia de la geografía, el estudio de las rutas y las corrientes, el conocimiento del relieve, las descripciones de las ciudades, las imágenes y las fachadas, los puentes y las plazas, el análisis de la humedad y del clima, aparecen como el dominio de una cartografía en la que se puede, a través de imágenes, explorar el territorio y su geografía, medir las temperaturas y los vientos más descomunales. (Niño, 1995: 28). 

Varias cosas a destacar. Para la arquitectura venezolana del siglo XX, así como para la presente es muy importante lo que hizo Sanabria con la arquitectura en general, pero sobre todo, con la ciudad de Caracas. Su trabajo es pionero y así mismo lúcido y todavía vigente. Agreguemos unas palabras más de William Niño:

(Sanabria) (…) actúa con la pasión de un analista que compila meticulosamente, luchando contra la exasperante ausencia de datos (…) en algunos de estos cuadernos (especialmente los dedicados al clima) se interpreta la forma perfecta de la ciudad de Caracas como gran prueba del alma caribeña.   (Niño, 1995: 29).

 

                                                        -Cuadernos de construcción. Tomás José Sanabria

 

                                                        -Estudios sobre el valle de Caracas

De la cita anterior, quiero poner en relieve algunas palabras, aparte de la meritoria lectura que hace William Niño. En relación con la geografía caraqueña no nos debe quedar duda alguna de que Sanabria actuó con constancia, pasión, meticulosidad e interpretación.

Graziano Gasparini continuó los estudios vinculados a la historia que Villanueva y otros colocaron como tema de interés a mediados del siglo XX. El primero continuó con lo que Villanueva puso en el centro de la arquitectura venezolana como tema de indagación.

En la dupla Sanabria-Niño se produce algo parecido. Tanto William Niño como aquellos que hemos escuchado sus charlas y leído sus textos hemos aprendido a ver a Caracas no sólo como ese valle que se extiende de Catia a Petare, sino como un territorio más rico y extenso con valles, ríos y quebradas, montañas y litoral. Y hemos aprendido que tenemos vientos contantes que limpian el aire a diario.

En una lectura más cercana, Sanabria fue pionero en el estudio del centro de Caracas y en la necesidad de favorecer el espacio peatonal como una forma de preservación y así mismo de desarrollo del centro tradicional de la ciudad. Esta es una veta de estudio y de proyecto que se ha extendido prácticamente en todo el mundo desde mediados del siglo XX hasta la fecha.

El influjo del pensamiento de Sanabria lo podemos ver en el pasado reciente. En 2015, se publica Caracas del valle al mar. Guía de arquitectura y paisaje, una magnifica guía de arquitectura publicada en conjunto por la FAU-UCV, la Junta de Andalucía y el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación de España. Los autores son María Isabel Peña, Iván González Viso y Federico Vegas. Al inicio de la guía se revela la participación de William Niño en el proyecto editorial. La guía incluye referencias a lugares y obras de arquitectura de Caracas, pero también a otros ubicados en El Ávila y en el Litoral Central. Esta aproximación amplia debe mucho a William Niño. A su vez, a Tomás José Sanabria. 


                                                         - Caracas del valle al mar. Guía de arquitectura y paisaje

Con lo relatado se revela Sanabria como maestro de nuestra arquitectura moderna. Si es posible que Sanabria le deba algunas referencias e ideas tanto a Gropius como a Villanueva esto parece que haya sido lo más natural. Sí así fue, Sanabria comprendió lo más importante. No intentó apoderarse ni de formas ni de maneras, sino que se apropió de un método de trabajo, aquel ideal de la arquitectura moderna que consiste en la perfecta síntesis entre una técnica novedosa y racional vinculada con un ideal de educación ciudadana. Se trata de construir un entorno construido que favorezca la democracia.

Además de contundentes obras Villanueva y Sanabria dejan algo más a la arquitectura de nuestro país. Villanueva enalteció nuestra historia, sin la pretensión de embellecerla sino de entenderla. Sanabria palpó nuestra geografía y extrajo importantes lecciones que hoy y mañana tendremos que agradecerle. Sus dibujos, cuadernos y tesis sobre arquitectura, ciudad y geografía las podemos conocer a través del material que celosamente guarda la Fundación Sanabria. Como bien dijo Octavio Paz: la modernidad no implica necesariamente locomotoras, sino capacidad crítica. 

 

Referencias empleadas

-Giedion, Sigfried. 1978. Espacio, tiempo y arquitectura. Madrid, Editorial Dossat.

-Gropius, Walter. 1968. Apolo en la democracia. Caracas, Monte Ávila Editores.

-Niño Araque, William et. Alt. 1985. Los signos habitables. Caracas, Galería de Arte Nacional.

-Niño Araque, William et. Alt. 1995. Tomás José Sanabria arquitecto. Caracas, Galería de Arte Nacional.

-Niño Araque, William et. Alt. 1998. 1950. El espíritu moderno. Caracas, Fundación Corp Group Centro Cultural.

-Peña, María Isabel, González Viso, Iván y Vegas, Federico. 2015. Caracas del valle al mar. Guía de arquitectura y paisaje. Caracas, FAU-UCV, Junta de Andalucía y Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación de España.

-Villanueva, Carlos Raúl. 2020. “El sentido de nuestra arquitectura colonial”. (Revista Shell # 3 - Caracas, junio 1952). Recuperado el 06-09-2020.

-Villanueva. Carlos Raúl. 1966. Caracas en tres tiempos. Caracas, Edición Comisión Asuntos Culturales del Cuatricentenario de Caracas, p. 37-41.

Créditos de las fotografías

-William Niño (Recuperado el 13-09-2020. https://tinyurl.com/y2zf6kbx)

-Tomás José Sanabria (Niño Araque, William et. Alt. 1995. Portada)

-Interior del Edificio San Carlos. 1954. Arquitecto Tomás José Sanabria (Luis Polito)

-Interior del Hotel Humboldt. 1956. Arquitecto Tomás José Sanabria (Luis Polito)

-El espíritu moderno. 1950 (Recuperado el 13-09-2020. https://tinyurl.com/y2h4xn8z)

 -Sede Banco Central de Venezuela. Tomás José Sanabria y Eduardo José Sanabria. 1960-67. (José Luis Colmenares)

Sede Biblioteca Nacional. (Laura Sayán)

-Walter Gropius (Recuperado el 13-09-2020. https://tinyurl.com/yyz3sces)

-Fábrica Fagus (Recuperado el 13-09-2020. https://tinyurl.com/y6daj4os)

-Carlos Raúl Villanueva (Recuperado el 13-09-2020. https://tinyurl.com/y5k36x7v)

-Walter Gropius. Apolo en la democracia (Recuperado el 13-09-2020. https://tinyurl.com/y4kovvec).

-Villanueva. El sentido de nuestra arquitectura colonial (Villanueva et. Alt., 1966: 38).

-Cuadernos de construcción. Tomás José Sanabria (Niño Araque, William et. Alt., 1995: 27)

-Estudios sobre el valle de Caracas (Niño Araque, William et. Alt., 1995: 42)

- Caracas del valle al mar. Guía de arquitectura y paisaje (Peña, González Viso y Vegas,  2015: portada).

 

 





 

 

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