¿Qué
es grande o pequeño, importante o insignificante? Los psiquiatras declaran a un
hombre enfermo mental si reacciona de manera sensible y violenta frente a
pequeñas perturbaciones, incitaciones nimias, ofensas triviales a su dignidad,
mientras el mismo hombre, quizá, soporta sereno sufrimientos y conmociones que
a la mayoría se le antojan muy graves. Y se considera sano y normal a un hombre
al que se le puedan pisar los pies durante mucho tiempo sin que lo note, a un
hombre que soporta sin quejas ni quejas la música más mísera, la arquitectura
más pobre, el aire más viciado, pero que golpea la mesa y jura por todos los
diablos en cuento pierde jugando a las cartas. He visto muy a menudo en lugares
públicos a personas de buena fama, tenidas por normales y dignas, maldecir y
jurar de modo tan fanático, tan grosero, tan puerco a causa de un juego perdido
–y más cuando consideraban justo achacar a un compañero la culpa de esa
pérdida- que sentí la necesidad de solicitar al médico más próximo la
internación de esos infelices. Y es que hay muchas escalas de valores, todas
ellas aplicables; pero considerar sagrada una de ellas, ya sea la de la ciencia
o la de la moral pública del momento, no lo lograré nunca.
HESSE,
Hermann (2008) Lecturas para minutos, 1. Madrid,
Alianza Editorial, pp. 31-32.
Comentarios
Publicar un comentario