En ese lugar... imperaba una belleza que no se puede comprender: la belleza del gran arte. Esa belleza hacía que se le saltaran a uno las lagrimas. Ante este enigma se percibe que la bella imagen no es simplemente una imagen, sino que tras ella se oculta una cantidad imponderable de ideas y de asociaciones mentales.
Bruno Taut, mayo de 1935. Extraído de: La casa y la vida japonesas.
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