Los helenos
crearon un fenómeno que aún hoy sigue siendo único en el mundo entero, porque
supieron compaginar sus notables aptitudes estéticas con una capacidad
igualmente considerable para razonar, la ratio.
Además del arte, fundaron toda la ciencia de Europa y, con ella, la ciencia
moderna en general, la filosofía, las matemáticas, la astronomía, la física, la
medicina, etc., y nos proporcionaron una base que todavía sigue vigente hoy en
día. Esa misma razón les mantuvo alejados de aplicar el simple raciocinio de la
estética a los templos, que no tenían la utilidad habitual, sino que eran las
moradas representativas de los dioses. Todos los conocimientos técnicos y la
mecánica más desarrollada se sometían consciente y deliberadamente a una
creación estética completamente liberada. De modo que la belleza de los templos
es también una belleza aportada por la técnica, pues responde por completo a la
elemental habilidad estática de apilar piedras y apilar peso.
Después de
estas palabras, Bruno Taut comenta que esta misma síntesis constructiva existió en
Japón, pero que en un momento de su historia el capricho dejo de lado a la ratio.
Sin embargo,
Taut advierte que la casa campesina contemporánea es todavía una expresión muy
digna. Y haciendo esta reflexión, destaca como estos logros se producen en el contexto
de enormes carencias en el plano económico. Digamos que a la díada
arte-ciencia, se le agrega la consideración acerca de un tercer componente: el
de los recursos económicos. La mayoría de los campesinos japoneses vive con
ingresos muy bajos. Sin embargo:
Sigue siendo un enigma inexplicable como puede
vivir con eso una inmensa mayoría del pueblo; es más, cómo pueden vivir, al
menos en apariencia, tan dignamente, vestir y alimentar a los hijos, mantenerse
limpios y conservar una actitud tan digna y unos modales tan exquisitos.
Este misterio sólo se explica
por la ya mencionada postura de los campesinos ante la tradición, de la que
sólo cabe esperar que no acabe por extinguirse si se le desangra por mucho
tiempo. (Ídem).
El libro de donde
extraemos estas citas está dedicado a la casa japonesa, pero también a la
cultura y la forma de vida de los ciudadanos de ese país.
Digamos entonces, que podemos plantear una ecuación con este conjunto
de variables: 1-sensibilidad y orientación artística, 2-Dominio técnico y ratio, 3-Economía, 4-Estilos y formas de
vida; todas ellas vinculadas a una quinta capaz de producir los misterios de
dignidad y exquisitez: la tradición.
TAUT, Bruno (2007) La
casa y la vida japonesas. Barcelona, Fundación Caja de Arquitectos.
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