Con las palabras que más abajo
reproduzco, concluye mi tesis doctoral "Ciencia,
arte y arquitectura en tiempos modernos" (UCV-FAU. 2013):
La arquitectura es una
tradición sobre el construir que se fundamenta en su propia recreación y
actualización. Se materializa mediante técnica y tecnología y bajo el
inevitable influjo de la cultura. La arquitectura es así, una segunda
naturaleza, una naturaleza artificial –del hombre- a diferenciarse de la
natural.
Si hablamos de arquitectura moderna,
esta recrea esa tradición dialogando con tecnología y cultura modernas.
Éste es el reto: la
construcción de esa segunda naturaleza a hacer por el hombre libre, pensante y
crítico como sugiere Paz, para recrear una tradición que nos pertenece.
Esa tradición es doble: es
teórica y práctica. Es arte y es ciencia.
A partir de esta conclusión final, se abre el panorama
para ulteriores investigaciones que profundicen en esta doble faceta de la
arquitectura. Ya vimos que en lo que se refiere a la estructura, la
arquitectura no solo la atiende obligatoriamente sino que la interpreta y
comenta (Bruno Zevi, Geoffrey Scott, Leland Roth). También hemos identificado
que las barreras entre conocimientos pueden superarse (Ken Wilber) y que la
propia arquitectura es prueba de ello. También vimos que el arte puede
referirse a modelos y que la ciencia los inventa (Paul Feyerabend). Sobre este
panorama, se pueden ampliar las perspectivas y se pueden desarrollar nuevas (o
viejas) visiones. (Luis Polito, 2013: 375).
Reproduzco ahora el resumen
inicial, ya que revela las intenciones de esta investigación:
De la arquitectura se dice que es ciencia y/o arte e
igualmente teórica y/o práctica. A lo largo de la historia en ocasiones ha sido
cada una de ellas y cada una de las combinaciones posibles. Se pueden reconocer
las orientaciones más generales que en cada momento le han dado privilegio a
una tendencia u otra. En el siglo XVIII se produce una ruptura: se separan
ingeniería y arquitectura. Abiertamente, tendremos ahora dos disciplinas
dedicadas a la construcción: una tiene soporte científico, y la otra tiene que
vérselas con ese marco científico.
En este mismo período, la teoría de la arquitectura rompe
contacto con la tradición y ya su autoridad no bastará. La presión científica
se expresará entonces en requerimientos de racionalidad. Si hoy en día nos
preguntamos si la arquitectura es ciencia o arte es porque buscamos una
respuesta razonada y sustentada a tal pregunta. Aquí entra nuestra
investigación.
El recurso de esa búsqueda razonada es la crítica. La
investigación no se propone identificar una formulación teórica. Más bien,
coloca en primer plano un problema acucioso e inevitable. La pregunta acerca de
la naturaleza científica o artística de la arquitectura es relevante; es un problema central de la arquitectura
moderna.
La investigación trata acerca de las características
esenciales de la ciencia, el arte y la técnica. Luego, las pone en contraste
con ideas y concreciones de la arquitectura moderna. Aquí, la investigación llega
a su núcleo: la ciencia, su carácter y método son siempre una referencia
comparativa en las manifestaciones teóricas y prácticas de la arquitectura
moderna. El desenlace del trabajo no se suma a ningún modelo interpretativo
reciente. Más bien recuerda algunas lecciones antiguas y olvidadas que nos
pueden ayudar a enriquecer nuestro conocimiento y práctica de la arquitectura. (Luis Polito, 2013: 2).
Foto: Luis Polito. Collage Biblioteca
Central, Ciudad Universitaria de Caracas. Arquitecto Carlos Raúl Villanueva
Luis Polito. 2013. “Ciencia, arte y
arquitectura en tiempos modernos” Universidad Central de Venezuela, Facultad de
Arquitectura y Urbanismo. 2013.
http://saber.ucv.ve/handle/123456789/7473
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