La cita que motiva este artículo siempre me ha cautivado. Sabía que en algún lado la había leído, pero no recordaba donde. Hoy matando el tiempo entre mis libros di con ella. La cita revela la mirada aun lugar, el Campo dei Miracoli en Pisa. Y la cita revela también la gran sensibilidad de un notable arquitecto: Louis Kahn (1901-1974).
Antes de continuar, quiero poner las cosas en su lugar. No todos ven. Y no todos ven la arquitectura. En días recientes publiqué una foto de una notable obra contemporánea. Alguien que se dice arquitecto escribió alguna impertinencia. No hay nada que hacer. Mejor regresamos a Kahn y a Pisa.
En esta gran plaza, una verdadera explanada de grama, está la famosa torre inclinada, motivo de tantas fotos, chistes, historias, inclinaciones y puestas a plomo. La torre es el campanario de la cercana catedral. El tercer edificio aislado es el bautisterio. Los tres edificios son de mármol blanco y se posan sobre una extensa superficie de grama.
Esto es el testimonio de la visita de Louis Kahn a Pisa:
La primera vez que estuve en Pisa, me dirigí a la plaza. Al acercarme, viendo en la distancia un escorzo del campanario, quedé tan abrumado que me paré de golpe y entré en un negocio en el que compre una fea chaqueta inglesa. No teniendo la osadía de entrar en la plaza, me desvié por otras calles rodeándola, sin nunca llegar. El día siguiente fui directo al campanario, toqué sus mármoles, así como los de la catedral y el bautisterio. Esperé otro día más, y armado de coraje entré en los edificios. (Louis Kahn. En: C. Norberg-Schulz, 1980: 68).
A veces la belleza abruma y no podemos verla directa y llanamente. Debemos prepararnos. Ese es el efecto de la impresión. En el caso de Kahn, según su testimonio, hicieron falta dos días. Está también la meditación lenta. Es la que me mueve a mí ahora. Estuve allí hace cuarenta años, y todavía hoy esa plaza me parece un milagro.
Christian Norberg-Schulz. 1980. Louis I. Kahn. Idea e imagine. Roma, Officina Edizioni.
El croquis es de Louis Kahn, se puede ver en el libro que cito. Las fotos son tomadas por mí, en 1981.
Esa plaza es un milagro! Yo recuerdo mi sentimiento de maravilla cuando la vi! Aún no sabía nada de arquitectura (cada día qué pasa siento que sé menos) pero me movió el alma algo muy intenso! Era la belleza! Que no terminaba en el fuera, seguía en el dentro! Silvia Caradonna
ResponderEliminarSaludos Silvia. Así es.
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